Y bien... llegó y pasó otro encuentro donde intentamos pasarla de lo mejor. Gracias a quienes colaboraron con su presencia, porque nada es posible en soledad... a los que corrieron llevando sobres, acomodando mesas y sillas, recibiendo a la gente. A Ariel, recién llegado cuenta cuentos, por la onda y el empuje. Gracias totales a Maxi, que se quedó hasta la tarde sin hacer historia.
A las chicas y los chicos de los dos turnos, que por lo menos nos hicieron creer que la estaban pasando bien. Ojalá que con el tiempo recuerden que alguna vez participaron en una experiencia de lectura compartida.
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